Al final de La obra maestra desconocida de Balzac se descubre, por fin, el cuadro que Frenhofer ha pintado de la bella modelo desnuda y la sorpresa es terrible: el deseo de ver entrega un “muro de pintura”, una maraña enloquecida de gestos que parecen enterrar un pie real, el rastro de un cuerpo perdido. Relato de una mutación moderna del pigmalionismo y también anticipo de la dinámica abstracta de la vanguardia que dificultará la “encarnación de la pintura”. Algunos resistieron tenazmente a esa disolución de la figura en la geometrización neoplasticista o en el nihilismo crudo del cuadrado de negro de Malevitch. Sin duda, Picasso, con su obsesión por el tema del “pintor y la modelo”, fue capaz de sedimentar en sus obras turbulentos deseos, adentrándose sin miedo en el “burdel metafísico”.
Wycliffe Mundopa ha encontrado un intenso estilo que le permite dar rienda suelta a su imaginario corporeizador. Este artista de Zimbabue dialoga, de forma espléndida, con las visiones de mujeres de Toulose-Lautrec o con la pasión cromática de los fauvistas y, especialmente, con la sensualidad matissiana, pero sin perder de vista la cotidianeidad en la que vive. En cierto sentido, Mundopa encarna las virtudes de la globalización estética, sin perder el aliento local, haciendo propio la tradición moderna con una actitud desenfadada o, mejor, lúdica.
Este artista extremadamente vitalista pinta madres y niños, prostitutas y gentes con la que se cruza por la calle, pero, sobre todo, disfruta dotando de corporalidad a los colores. La pulsionalidad sexual de las imágenes va más allá de la anécdota para imponerse como libre ejercicio de la fantasía; no es casual que algunas de las obras de 2021 que presenta ARMA Gallery se titulen Fantasy: mujeres vestidas o semi-desnudas con ropas y medias de esplendorosos diseños, con sus piernas en escorzos que incitan al placer, fondos y figuras de colores vibrantes que dejan atrás cualquier realismo mimético academicista.
Las pinturas de Mundopa, realizadas con óleo y spray, surgen, sin ningún género de dudas, de una imaginación al mismo tiempo gozosamente espontánea y, al mismo tiempo, determinada por una impresionante maestría compositiva. En una obra de gran formato como Sharing The News (2023) es capaz de “encajar” y liberar a las figuras sin que se asfixien entre sí, punctualizando detalles tan divertidos como el del gato tumbado como si fuera el emperador de la carnavalesca escena. Los animales y, especialmente, los perros aparecen, por ejemplo, en Imaginary Friend (2023) o en Who Will Buy 2 (2023) como, valga la paradoja, notas de “humanización” allí donde el placer está marcado por el dominio del dinero y la dignidad queda en entredicho.
La mirada de Wycliffe Mundopa es, fundamentalmente, apasionada y tierna, dejando de lado el nihilismo de las verdades amargas o la actitud enjuiciadora de la existencia ajena. Lo que pinta es el mundo que le rodea y conoce que, en ningún caso, pretende “exotizar”, al contrario, lo que desea es, valga la redundancia, transmitir el latido deseante que ahí sobre-vive. Una obra impresionante como Mask (2022) funciona como una “deconstrucción” del uso vanguardista de lo (pretendidamente) primitivo, escapando también del formalismo descontextualizador. Las figuras parecen danzar, agitarse, cobran vida como la criatura de Pigmalión, transmiten una energía intempestiva que incitan a nuestra mirada a escapar de la inercia banal. Tal vez sugiere Mundopa en Feeding the Ego (2023) tengamos que “alimentarnos” con aquello que nos parece extraño, desnudarnos de prejuicios y tratar de disfrutar con lo diferente. El vibrante cuerpo de la pintura parece guiñarnos el ojo, prometiendo placeres que no están prohibidos.
Fernando Castro Flórez.
La exposición tendrá lugar en ARMA Gallery, ubicada en C. de Valverde, 30. Entreplanta derecha. Madrid, España. La inauguración está programada para el miércoles 28 de febrero, a partir de las 19:00 horas. Tras la inauguración, la galería estará abierta de lunes a viernes, de 11:00 a 18:00 horas.
