Wycliffe Mundopa (n. 1987, Rusape, Zimbabue) creció en los suburbios de alta densidad de Harare, y su carrera artística comenzó en Mbare. Es testigo directo de las estructuras culturales íntimas e informales que simultáneamente explotan y empoderan a las mujeres.



Sus composiciones destacan por una fuerte presencia femenina, desafiando los estereotipos de género con representaciones matizadas y hábiles que arrojan luz sobre la realidad de la vida de la gente en Harare. Mundopa se niega a juzgar a sus sujetos, presentándolos como iguales, cada uno tratado con el mismo nivel de atención y energía artística.


Mundopa es un apasionado defensor de las vidas de los más vulnerables, sus obras abordan consistentemente las convulsiones sociales y políticas. Estas, llenas de patetismo y fastuosidad, ofrecen una visión dolorosa y vibrante de cómo las vidas de las mujeres reflejan los conflictos entre la tradición y el cambio en la vida contemporánea en Zimbabue. Estudiante ávido de la historia de la pintura, Mundopa aboga urgentemente por la importancia de presentar la vida de su país y sus contemporáneos con la misma emotividad y grandeza que los maestros holandeses como Rubens y Rembrandt, situándose como heredero de esa gran tradición que los europeos protegen celosamente.

En un momento en que hay un renovado impulso hacia la exotización y la autoexotización en el arte africano, Wycliffe Mundopa contraataca con una honestidad cruda y la belleza brutal de sus figuras. Su talento ha atraído la atención crítica y el reconocimiento de coleccionistas internacionalmente desde su temprana juventud, con obras en colecciones que van desde Noruega y Tailandia hasta Camerún, EE. UU., Hong Kong, Nigeria, Francia, Israel, Australia, Kenia, los Países Bajos, así como Sudáfrica y Zimbabue.
